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La casa de los espejos: Lo que dice tu rostro

Perrito mirándose en el espejo

Un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero a una casa que estaba abandonada desde hace muchos años. Subió lentamente las viejas escaleras de madera hasta el segundo nivel de la residencia.

En el lugar, el perrito se topó con una puerta semi-abierta y se adentró en el cuarto cautelosamente. Con gran sorpresa, se dio cuenta que dentro de esa habitación habían muchos perritos más observándolo tan fijamente como él a ellos.

El cachorro vio asombrado que todos los demás perritos comenzaron a mover la cola exactamente como él lo hacía, en el momento en que él manifestaba alegría. Luego ladró alegremente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondió de manera idéntica. 

Cuando el perrito se retiró del cuarto se quedó pensando en lo agradable que le había resultado conocer el lugar y se dijo: "Volveré más seguido por aquí".

Pasado un tiempo, otro perro callejero ingresó al mismo ambiente. A diferencia del primer visitante, al ver a los perritos en el cuarto, se sintió amenazado, ya que lo miraban de manera agresiva y con desconfianza. Empezó a gruñir; y vio como los perritos hacían lo mismo que él. Comenzó a ladrarles y los otros también hicieron lo mismo ruidosamente. 

Cuando el perro salió del cuarto pensó: "Que lugar tan horrible es este. Nunca regresaré".

Ninguno de los perros que ingresaron a la casa alcanzó ver un letrero que se encontraba en lo alto de la puerta de la misteriosa mansión, que decía: "Bienvenido a la casa de los espejos".

* Querido amigo, los rostros que observamos a diario son espejos, en ellos puedes ver una apariencia agradable o desagradable, y eso determinará que rostro te mostrarán a ti.

¿Cómo ven tu rostro las personas de tu entorno? Tú decides cuál rostro llevar y cuál mostrar. El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.

Las cosas más bellas del mundo no se ven, ni se tocan, solo se sienten con el corazón. No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones. Por Julián Alvarado.
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