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Jesús, el agua de vida eterna que sacia tu sed - Reflexión

Manantial de agua viva

Eran como las doce del mediodía, judíos y samaritanos por cuestiones socioculturales de la época no se hablaban entre si, sin embargo Jesús sentado al lado de un pozo de agua, le dijo a una mujer de Samaria que se acercó:

“Dame un poco de agua”

Pero como no era la costumbre que un judío le hable a alguien de Samaria, la mujer le preguntó:
“¡Pero tú eres judío! ¿Cómo es que me pides agua a mí, que soy de Samaria?

Jesús le respondió:

“Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quien soy yo. Si lo supieras, tú me pedirías agua, y yo te daría el agua que da vida” (Juan 4:10)

La mujer le dijo: “Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua de este pozo profundo. ¿Cómo vas a darme esa agua?

Jesús le contestó: “Cualquiera que beba del agua de este pozo volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna”.

Estos diferentes pueblos no se hablaban entre si, no era común el que se establezca la comunicación entre ellos, y de una manera similar quizás estés pensando que Dios no puede hablarte, que solamente esta es una experiencia solo para para los místicos, religiosos, para los débiles o para los ignorantes.

Sea cuál sea tu condición Dios quiere hablarte, y quiere que conozcas el verdadero propósito de tu vida.

Vemos como Jesús le hablaba a la mujer de un “agua que sacia verdaderamente”, Él hacía referencia a cuestiones muy profundas, situaciones de carencia del ser humano, hablaba de una verdad que va más allá de lo que podemos ver, verdades netamente espirituales. Sin embargo la mujer solo interpretaba a niveles muchísimo mas bajo, ella solo entendía sobre el agua que tan solo es agua física, cuando en realidad Jesús le hablaba de algo muchísimo mas grande.

Seas quien seas, hayas nacido donde hayas nacido, creas o no creas, quizás tú también cometas una mala interpretación, creyendo que relacionarte con Jesús signifique un cambio de religión, o creas que otras imposiciones religiosas te quitarán libertad. Si fuera que esto es lo que tu crees, permíteme decirte que estas cometiendo el mismo error que la mujer, y que no sabes lo que Dios quiere darte, El te habla de verdades espirituales para saciar la sed que tienes, te habla de transformación para tu vida y la de tu familia, te habla de vivir una vida en abundancia

Coincidentemente son las doce del mediodía, la misma hora en que el maestro rompió los códigos entre estos pueblos enemistados y le habló a la mujer, estoy seguro que de la misma manera quiere entablar una relación contigo, también quiere romper tus códigos para establecer un vínculo que comenzó con una iniciativa de parte de Él, una relación que fue anhelada por Dios desde que estabas en el vientre de tu madre, porque te amó con amor eterno.

Jesús quiere hoy hablarte de un agua que puede cambiarte para siempre, no pienses solo en H2O, pero si quizás has estado bebiendo de otras aguas amargas Él quiere restaurarte y que nunca más tengas sed, porque quiere darte a beber esa agua que es un manantial del que brota vida eterna.

Es una profunda invitación que requiere una firme decisión de tu parte:

¡Vuélvete a Jesús y bebe del manantial de la vida!

Autor: Fabio Miguel Pereyra.
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