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El ocultismo en la Biblia y el peligro de practicarla

El peligro de la práctica del ocultismo

Desde tiempos inmemoriales, los hombres, impulsados por la ansiedad, el temor al futuro, la ambición o la simple curiosidad, han tratado de conocer y de controlar el futuro, y también la voluntad de otros seres humanos, mediante un conjunto de prácticas conocidas “ocultismo” o “esoterismo”. de estas prácticas se pueden mencionar: la astrología, los horóscopos, la adivinación, la hechicería, los sortilegios, y otros.

La adivinación, especialmente, adquiere múltiples formas dependiendo de los instrumentos u objetos de los cuales se vale para obtener sus resultados: cartas, tarot, cábalas, bolas de cristal, hierbas, péndulos, varillas, vísceras de animales, y todo otro objeto imaginable.

Estas prácticas eran frecuentes y habían alcanzado gran desarrollo entre los habitantes de las tierras bíblicas (asirios, babilonios, egipcios, caldeos, cananeos, etc.). En Caldea nació y se desarrolló la astrología; aunque también sabemos que entre los chinos y otras culturas orientales eran frecuentes estas prácticas.

Si bien, en muchos casos, estas prácticas no pasan más allá de supercherías destinadas a explotar incautos, realizadas con mayor o menor habilidad por supuestos “maestros” que hábilmente extraen información de sus clientes para luego entregarles respuestas plausibles de acuerdo con sus expectativas, en otros casos van acompañadas de prodigios reales realizados con la ayuda de las fuerzas de las tinieblas gobernadas por Satanás, a las cuales Dios les ha permitido realizar tales prodigios con el fin de engañar a los incautos que prefieren dejarse atrapar por fenómenos sensoriales antes que escuchar la Palabra de Dios a través de las Escrituras.

El término “ocultismo” está tomado el latín occultus, que significa ‘tapar’, ‘esconder’ o ‘aquellas cosas que son ocultas o secretas’. Una breve definición de ocultismo es ‘la práctica de lograr conocimiento o poderes sobrenaturales fuera del Dios de la Biblia’. A través de estas prácticas, los ocultistas buscan ejercer influencia en circunstancias presentes o futuras, en la vida de ellos o de otros.

¿Por qué hay tanto interés en el ocultismo? Los expertos señalan varios factores. El primero es el desencanto con la iglesia y la religión organizada. El segundo factor es la curiosidad. Hay una atracción hacia el ocultismo que apela a nuestro interés en lo invisible. Muchos comienzan con un juego “inofensivo”, pero esto suele llevar a más. Tercero, hay una búsqueda de poder. Las personas quieren tener control sobre el futuro, los espíritus o sobre otras personas.

2.1.- En Génesis 44:5, José, como parte de la treta que les juega a sus hermanos para hacerlos regresar, finge usar una copa de plata para practicar

2.2.- En Éxodo 7:10 al 8:18 nos cuenta como los magos de Egipto, en las tres primeras plagas, fueron replicando uno por uno todos los prodigios de Moisés ante faraón, hasta que finalmente debieron reconocer que el poder de Moisés venía de Dios y no pudieron continuar.

2.3.- En Números 22:7 nos cuenta como Balac, rey de los moabitas, requiere de los servicios de Balaam para que maldiga a Israel, ofreciéndole “dádivas de adivinación”.

2.4.- El episodio más notable de esta naturaleza aparece en 1 Samuel 28:8, donde Saúl, desesperado ante el silencio de Dios, quien lo había rechazado por su conducta, recurre a una médium en Endor para que invoque el espíritu de Samuel. No sólo aparece , sino que aunque Saúl va de incógnito (ya que como rey, anteriormente, había prohibido estas prácticas), la bruja lo reconoce y se llena de temor. Samuel anuncia a Saúl que él y sus hijos morirán al día siguiente. Este vaticinio se cumple.

2.5.- En Ezequiel 21:21 se menciona que el rey de Babilonia usaba la adivinación con saetas, con hígados de animales y con sus ídolos.

2.6.- En Oseas 4:12, el profeta se queja de que “Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar”

2.7.- En Zacarías 10:2 se denuncia que el pueblo anda descarriado por culpa de oráculos y sueños vanos y mentirosos.

2.8.- En Hechos 8:9-22 aparece “un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria”. Aparentemente este hombre disponía bastante dinero; pues más tarde intenta “comprar” de los apóstoles el “poder” de dar el Espíritu Santo a través de la imposición de manos.

2.9.- En Hechos 13:6-11 figura un tal Barjesús o Elimas al cual se le califica de mago y falso profeta, el cual se opone a que Pablo le predique el evangelio al procónsul Sergio Paulo. Pablo lo reconviene duramente: “¡ lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia ! ¿ No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor ?”. A continuación el tal Elimas queda ciego por un tiempo.

2.10.- En Hechos 16:16 aparece una muchacha que poseía espíritu de adivinación y “daba gran ganancia a sus amos”. Cuando Pablo expulsa de ella este espíritu se arma un gran embrollo.

¿Qué tiene de malo unirme al Club de Vampiros o asistir a una sesión de espiritismo?, podría preguntarle su hijo. Para algunos, la exposición al ocultismo a través de los juegos de fantasía, los medios de comunicación o la música podría llevar a una mayor participación en un mundo peligroso.

El principal peligro del ocultismo es que es un camino fuera de Dios que puede ponernos en contacto con el mundo de los demonios. Las fuerzas demoníacas intentan engañar y destruir a las personas. Por lo tanto, el contacto con lo demoníaco genera numerosos problemas.

Primero, los expertos en sectas y los psicólogos han documentado la conexión entre la participación en el ocultismo y los trastornos psicológicos y emocionales. Los participantes pasan muchísimas horas estudiando, practicando y jugando juegos que involucran conjurar demonios, sacrificar criaturas en ritos crueles, controlar fuerzas siniestras y echar hechizos para inutilizar y matar a sus enemigos. Esto puede afectar el estado espiritual, mental y emocional de una persona.

Segundo, está el peligro de la posesión demoníaca. Las artes ocultistas suelen exigir que uno vacíe su mente e invite a espíritus extraños a controlar el intelecto y el cuerpo de la persona. Por ejemplo, al operar una tabla guija, se les pide a los participantes que vacíen sus mentes y permitan que otras fuerzas los guíen para intentar obtener mensajes. Estas técnicas abren la puerta a la posesión demoníaca.

No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, (Deuteronomio 18:10-12)
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