¿Qué te preocupa? Lo que puedes hacer cuando estés preocupado

La preocupación solo causan daño; nos inmoviliza, reducen nuestra productividad y pueden afectar negativamente la forma en que tratamos a los demás. Pueden dañar, y de hecho dañan, espiritualmente: debilitan nuestra fe y nuestra capacidad de confiar en Dios. Después de la preocupación, seguimos teniendo los mismos problemas; no han desaparecido, pero ahora hemos añadido más: canas y problemas que no podemos ver internamente.
En el momento en que atravieses por las aguas de la preocupación, piensa en esto:
Cuando el cielo este gris, acuérdate cuando lo viste profundamente azul.
Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor, revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han brotado.
Si esto has tenido, lo puedes volver a tener y lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás, acéptalos tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, y sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida, detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imagines; ¡Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar!.
No hay carga que se nos dé y no tengamos la capacidad de llevar.
Busca siempre vivir el presente aprendiendo del pasado, no cargues con situaciones y problemas que ya han pasado.
Piensa en esto: ¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años? Probablemente ahora sea nada.
Ahora, si dentro de 10 años tus problemas actuales no van ha ser nada, ¿Por qué vivir tristes por ellos?
"Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas". Proverbios 3:5-6.
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?, Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?". Mateo 6:25- 26.