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El sueño "reinicia" el cerebro y libera espacio para el aprendizaje

Mujer durmiendo plácidamente en una cama

Un equipo de investigadores han encontrado pruebas de que el sueño “ayuda a dejar sitio en el cerebro para nuevos aprendizajes”, según un artículo publicado en el último número de la revista Science. Así se confirma que el descanso nocturno es esencial para mantener la capacidad del cerebro de concentrarse y aprender nuevas cosas.

“¿Cuantas conexiones neuronales o uniones por las que las células están comunicadas se modifican durante el sueño?”, fue la pregunta de partida de los investigadores de la Washington University School of Medicine de Saint Louis, que han trabajado en base a experimentos con la mosca de fruta.

CUANDO EL CEREBRO NO PUEDE APRENDER MÁS

Los neurólogos creen que la creación de nuevas sinapsis (conexiones neuronales) es una forma fundamental con la que el cerebro codifica los recuerdos y el aprendizaje, pero éstas no pueden mantenerse indefinidamente y es ahí donde el factor sueño aparece.

Hay razones por las que el cerebro no pude ir añadiendo de manera indefinida nuevas sinapsis, señala en la revista el jefe del equipo de investigación, Paul Shaw. El científico indica que es posible seguir la creación de nuevas sinapsis en el cerebro de la mosca de la fruta durante un momento de aprendizaje y mostrar cómo el sueño disminuye el número de conexiones.

LA MOSCA DE LA FRUTA COMO EJEMPLO

El sueño de la mosca de la fruta es similar, en muchos aspectos, al de los seres humanos, por lo que Shaw usó estos insectos como modelo para responder a algunos interrogantes sobre el sueño y la memoria. Tanto en las moscas como en los humanos, el sueño se ha reconocido siempre como un promotor reconocido del aprendizaje, pero hace tres años el equipo de Shaw le dio la vuelta a esta concepción y reveló que “el aprendizaje aumenta la necesidad de dormir”, por lo menos en la mosca de la fruta.

RECUERDOS CREADOS POR SÓLO 16 CÉLULAS

Ahora, los científicos han repetido esas pruebas pero con moscas genéticamente modificadas para que fuera posible seguir el desarrollo de nuevas sinapsis. “La mayor sorpresa fue que de las 200.000 células cerebrales de las moscas sólo 16 fueron necesarias para la formación de nuevos recuerdos”, según uno de los autores del estudio, Jeffrey Donlea.

Cuando las moscas dormían, el número de nuevas sinapsis formadas durante las pruebas disminuían, pero cuando los investigadores privaron a los insectos del sueño ese descenso no se produjo. Donlea identificó tres genes fundamentales para los vínculos entre el aprendizaje y el aumento de la necesidad de dormir, pero en las moscas a las que les faltaba uno de ellos no creció esa necesidad.

COMPARACIÓN CON LOS HUMANOS
Uno de esos tres genes de la mosca es equivalente al gen humano conocido por SRF, que los científicos ya habían vinculado a la “plasticidad”, término usado para el cambio en el cerebro, que incluye el aprendizaje, los recuerdos y su capacidad de renovar sus conexiones para adaptarse a heridas o necesidades de cambio.

Este nuevo estudio señala que el gen SRF podría ofrecer una “importante ventaja a los científicos” que estudian la plasticidad, pues a diferencia de otros genes vinculados a la plasticidad, éste no está relacionado con la supervivencia de la célula.

Shaw indicó que en estos momentos hay mucha gente que está preocupada por su trabajo y por la economía y algunos están perdiendo el sueño por ello. Ante esto, el estudio confirma que “lo mejor que se puede hacer para estar seguro de mantenerse vigilante y aumentar las posibilidades de conservar el trabajo es dormir lo suficiente”, el “descanso debe ser una prioridad”.

Fuente: EFE.
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