¿Te sientes inferior a alguien e inseguro de ti mismo?
El sentimiento de inferioridad caracteriza la conducta y actitud de muchas personas. Todos hemos experimentado algún grado de inferioridad en nuestra vida. En muchas personas se desarrolla un complejo de inferioridad que les hace víctimas de sí mismos.
Algunos de los síntomas manifestado por una persona que se siente inferior a los demás son:
- A esta persona le gusta llamar la atención hacia sí mismo.
- Cree que nunca hará o dará lo mejor de sí mismo.
- Gusta destruir la imagen de otros para resaltar la suya. Si una persona trata de expresar superioridad hacia los demás, puede ser un complejo de inferioridad. Esto me recuerda al fariseo de la parábola que oraba diciendo: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano" (Lucas 18:11).
- Muestra y abusa de su autoridad sobre los más indefensos.
- Siente envidia hacia otros.
- Busca el estar aparte de los demás.
- Se dedica a alguna actividad que le puede ayudar a ocultar su inferioridad.
- Se intimida fácilmente.
El Dr. Clyde M. Narramore declara: "Los sentimientos de inferioridad surgen cuando uno cree no ser lo que debiera. Pueden provenir de compararse con otros y considerar que no se los iguala. También pueden originarse en que hay ciertas cosas para uno imposible de hacer. Las deficiencias reales o imaginarias en cuanto a funciones mentales o físicas pueden producir sentimientos de inferioridad" (Enciclopedia de Problemas Sicolólogicos, Libros Logoi, pag.106).
Los padres pueden ser responsables en contribuir al desarrollo de sentimientos de inferioridad en los hijos. A saber: mostrándole rechazo a los hijos; castigándoles de manera indebida, descontrolada e injustificable; ridiculizándole delante de otras personas, haciéndoles objeto de bromas; no permitiéndoles el derecho a expresar iniciativa propia; la exigencia descomedida.
Los fracasos que una persona pueda experimentar siendo joven o adulto pueden contribuir a una actitud de inferioridad o al temor a dar lo mejor de sí mismos. Esto sucede mayormente a aquellos individuos que se consideran incompetentes e inseguros, dejándose aprisionar por estos pensamientos negativos.
El complejo de inferioridad puede ser repelido por aquéllos que se lo propongan. Tú no tienes por qué sentirte inferior a nadie, acéptate tal como eres y supérate en lo que eres. Deja que Jesucristo desarrolle dentro de ti un sentir de importancia. En Filipenses 1:6 leemos: "Y estoy seguro que Dios, que comenzó en ustedes la buena obra, les seguirá ayudando a crecer en su gracia hasta que la obra que realiza en ustedes quede completa en el día en que Jesucristo regrese" ( NTV).
Este texto declara tres cosas:
Primero: Dios ha comenzado una "buena obra" en ti.
Segundo: Dios está para ayudarte.
Tercero: Dios completará ese propósito que tiene para contigo.
Por Kittim Silva.